A lo largo de sus siete álbumes de estudio , el trío instrumental Russian Circles (Chicago), atravesó una topografía diversa de sonidos, estados de ánimo y enfoques con su limitado arsenal de batería, bajo y guitarra. Es difícil trazar una evolución en su sonido cuando sus discos siempre han parecido listas de reproducción bien seleccionadas. No era raro escuchar meditaciones llenas de drones, ejercicios progresivos deslumbrantes, festivales de riffs trepidantes, baladas folklóricas inquietantes y rock ruidoso que provoca tensión, todo en el lapso de un álbum.

Aún así, es difícil ignorar la progresión desde las pensativas e intrincadas melodías de Enter (2006) hasta los capas distorsionadas de Blood Year (2019). Ha sido un cambio sonoro gradual debido al riguroso calendario de giras de la banda y a su predilección por tocar su material más contundente en el escenario.

Pero con su último álbum, Gnosis, Russian Circles evita el terreno variado de su trabajo anterior y se abre camino a través del territorio más tumultuoso y desgarrador de su sonido.

Como fue el caso de tantos artistas en la era de la COVID, los obstáculos de la geografía y el aislamiento obligaron a Russian Circles a reevaluar su proceso de composición. En lugar de crear canciones a partir de ideas fragmentadas en la sala de ensayo, las canciones se escribieron y grabaron de forma independiente antes de compartirlas con otros miembros, para conservar su visión inicial. Si bien estos demos abarcaron toda la variedad de estilos de la banda, las composiciones más cinematográficas finalmente fueron eliminadas en favor de las piezas físicamente catárticas.

Gnosis fue diseñada y mezclada por Kurt Ballou. La batería y el bajo se grabaron en Electrical Audio en Chicago para maximizar los sonidos naturales de la sección rítmica. Las tomas de guitarra y sintetizador se hicieron en God City en Salem, MA, para aprovechar el vasto inventario de amplificadores y pedales de efectos de Ballou. A pesar de que la totalidad del álbum se escribió de forma remota, las canciones se grabaron con toda la banda tocando junta para conservar la sensación en vivo del material. Debido al clima de la época y a un nuevo método de composición, Russian Circles creó su trabajo más apasionante y centrado hasta la fecha: un álbum que favorece el exorcismo de dos años de tensión sobre la melancolía y la moderación que a menudo coloreaban sus esfuerzos pasados.